Yo no tengo facebook, lo cual me parece de lo más normal. Aunque considero que a veces puede ser una pérdida de tiempo pasársela una hora de tu día viendo fotos de las últimas juergas de tu patas, cada quien decide que hace con su tiempo.
El problema creo que viene cuando el facebook se convierte en un tipo de finta, ese medio por el cual te quieres pintar de mil colores menos del tuyo. Fácil eres un pata tranqui medio monse que no pinta mucho, pero aguanta, tu facebook no se puede ni acercar a tu personalidad tranqui medio monse, no seas huevón pues, de ahí no te agrega ni tu vieja a su facebook.
La cosa es que ayer estaba en la casa de Popocha con Sebas haciendo un trabajo. En un momento, uno de ellos se puso a ver su facebook y yo, que soy de esa raza de personas que no tiene facebook pero aprovecha cualquier oportunidad para sapear y ver una que otra foto achoradamente rochoza por ahí (recomiendo las del gordo Santiago, no taguedas claro), me puse a alucinar.
En una de esas leemos un comentario que nos llamó la atención y es el motivo del título. No me lo acuerdo exactamente, y en verdad tampoco lo pondría exacto ahora que me pongo a pensar, pero decía algo así:
“bla bla bla…. todas las vibras de mundo para tí en la vida cholito… bla bla bla mai”
La susodicha, entre otras cosas, se describía como una seguidora de la buena onda, la paz, las vibras y cuanto término la pueda describir como una persona de la tranqui. No tengo nada contra este tipo de personas, es más que bueno fuera que realmente todos fuéramos así en todo momento.
Pero resulta pues, que la persona que mandaba “todas las vibras del mundo” es una flaca asidua concurrente de cuanta fiesta de moda hay en el momento. Es la flaca que TIENE QUE estar en LA JUERGA, con LA GENTE. Es la clásica que llega los viernes en la mañana a clase y le mete un “puta huevona, que tal juergaza ayer, gotika increíble pero aura mejor..” en voz alta para que la flaca chancona que se sienta adelante y el flaco pelucón alto de la esquina la escuchen (y claro, le manden una callada de boca y una mentada de madre mental bien brava). La fufuya la corroe hasta hacerla sangrar, la frivolidad parece provocarle un orgasmo.
La contradicción es fatal, pero está de moda. La voy a llamar como una especie de pitumisticismo, raza que ha ido evolucionando en los últimos años y podemos encontrar en todos lados. Les han puesto miles de términos, desde snoobs hasta arties, términos que en verdad no podría definir porque no los sé bien. Yo los llamo pitu- místicos y para no hacerla más larga, porque ya creo que la estoy haciendo muy larga, son finteros que, por algún motivo, quieren aparentar algo que no son.
Tal vez cansados de pertenecer a una masa común, ven como una aventura acudir por épocas al sargento un jueves y claro, llegar el viernes a decir “huevona, que tal juergaza ayer, sargento increíble..”
El flaco pelucón alto de la esquina, que escucha sus gritos con evidente repudio, no entiende que pasa.
El flaco pelucón alto de la esquina, que escucha sus gritos con evidente repudio, no entiende que pasa.
-¿Esta huevona no era la loca tonera la semana pasada?- piensa el flaco. Solo atina a mandarle su respectiva mentada de madre mental de todos los viernes y sentirse mejor consigo mismo.
Los encontramos en varias partes, se esconden en la profanación de las buenas vibras, la paz interior y cuanto sinónimo sepan en su reducido cerebro. Se esconden en ropa “caleta”, supuestos trapos que aparentan ser una ganga pero que en realidad les ha costado más que toda la porción anual de butifarras de mi pata el gordito cachetón.
El punto es que es importante ser uno mismo, que bien por las personas que realmente desean el bien al prójimo de una manera original y con verdadero deseo, sin necesidad de profanarlo a gritos o finteando por ahí.
Saludos
